Leda Eliana nació en Argentina y vino a vivir a Mallorca hace unos años: “Creo que vine a cumplir un sueño, porque yo no quería hacer otra cosa en esta vida que no fuera bailar. Y vine con 29 años, con mis tres hijos. Y poco a poco fui haciendo clases de estilo femenino. Indagando en lo que es la sensualidad en el baile más sensual femenino”. Se dio cuenta de que había muchos complejos, timidez, una sensualidad muy reprimida en general: “La escuela de burlesque fue un camino, una aventura de ocho años donde fuimos investigando el sentir de todas las mujeres que venían a las clases. Una danza natural, creativa, espontánea, expresiva de nuestro lado más natural de la sensualidad”. En las clases se da lugar y espacio a todos los sentimientos y emociones. Lo que cada mujer siente en la expresión de su danza.

     Hacen una hora y media de clase por semana cada miércoles en Palma. “No pretende ser un espectáculo por el momento. Son clases prácticas, como una forma de entrenamiento”. Y tal vez a finales de junio puedan hacer una muestra al público: “El último espectáculo que hicimos se llamó: `Cabaret Von Mallorca´. Ahora son clases para integrarnos, para que cada una vaya practicando sin prisa. No hay un objetivo de escenario por el momento…A no ser que ellas decidan lo contrario (risas)”. Tienen coreografías hechas y trabajan mucho con la improvisación de danza teatro. Dice Leda: “Tenemos la parte coreográfica de estructura y también mucho la parte de danza libre de expresión propia de cada una”. Sobre las clases dice Tatiana (alumna de Leda): “Esta ha sido mi tercera clase, y la verdad es que me ha encantado porque cada clase es diferente. Si tienes timidez o te sientes insegura te conecta mucho con tu fuero interno. Se trata de aprender a moverte desde la estructura porque si no hay que romperlo todo. Tienes que conectar con tu sensualidad. Para mí es muy terapéutico venir a bailar con Leda. Te da mucha libertad y te transmite seguridad”. Según Federica (alumna): “Para mí es muy importante el compañerismo que hay entre nosotras. Aquí se fomenta el compañerismo entre mujeres de una forma positiva; somos hermanas. Y esto es muy bonito porque se disuelve por completo lo que son los conflictos. Cada una encuentra su lugar. Acabas admirando la esencia de cada una. Te conecta mucho con la esencia a través del cuerpo”. Y añade Emilii (también alumna de las clases): “Aquí sentimos que tenemos un espacio seguro, lo cual no es muy habitual para las mujeres. Podemos explorar nuestra propia energía, nuestra propia sensualidad, lo que queremos hacer, sin que haya un hombre que va a mirarnos, un hombre que vaya a querernos, un hombre que quizás va a tomar el cuerpo como suyo, y es importante señalar que el burlesque no es algo para hombres, es principalmente para que las mujeres podamos explorar la energía que tenemos”.